Si la esencia del contenido no agrega valor, téngalo por seguro que los visitantes no vuelven.
Pareciera temática de un artículo de hace ya varios años, cuando se discutían cuales eran los factores críticos de éxito en la estructuración de un sitio Web, y siempre se concluía con la frase «el contenido es rey» para diferenciarlo de los elementos gráficos, disposición de la opciones, y demás elementos que componían la construcción del portal en aquel entonces. Realmente no teníamos mucho más de donde agarrarnos que del contenido y algunos intentos de diseño gráfico.
El esquema de comunicación con las tecnologías de Internet, desde el punto de vista de fuente y destino de la misma, ha ido variando con la aplicación de estas tecnologías. Al inicio, con el manejo del correo electrónico, se estableció la comunicación uno a uno, donde había un emisor y un receptor. Poco impacto tenía realmente lo que se comunicara fuera de estas dos personas. En corto tiempo de inició el uso del correo electrónico como herramienta de distribución masiva de contenido, y fue evolucionando a permitir boletines como este que usted lee, dentro de un esquema uno a muchos, y mediante el uso de listas de discusión (hoy aparentemente desvanecidas) se podría establecer un esquema de «casi muchos a casi muchos. El casi lo incluyo para señalar el efecto que todos eran conocidos, o por lo menos sabíamos su correo electrónico, requisito indispensable para la interacción.
La aparición de la Web amplió el concepto de uno a muchos, especialmente en el extremo del receptor, donde ya se desconoce exactamente a quién se envían los mensajes directamente, y se debe efectuar un proceso de «conocimiento de la audiencia» a través de mecanismos de registro y análisis de las estadísticas del portal.
Aunque se predica facilidad para el desarrollo de un sitio Web, solo recientemente con la aparición de herramientas como los blogs es que realmente podemos ver que se pueden utilizar las mismas en mecanismos de comunicación muchos a muchos, donde la facilidad de uso hace que cualquiera que tenga algo que comunicar lo pueda hacer, fácil técnicamente y prácticamente en forma gratuita.
Volvemos al principio, el hecho de poder comunicar, no implica que ya esté resuelta toda la problemática. Todavía quedan pendientes los puntos de hacer que en el extremo receptor sean también muchos. Remitiéndonos al ejemplo de un boletín, se puede ir construyendo una lista de suscriptores, de formas aceptables y otras no tanto, pero mantenerlos en la lista exige que el contenido de lo que se envía, además de ser valioso, sea oportuno. Un mensaje de correo adicional a un buzón donde entran más de 100 exige un altísimo valor en su contenido par que el receptor lo abra. Lo mismo sucede con una página Web colocada en la Internet, para generar visitantes fieles que a su vez tomen acción sobre nuestro portal, que en últimas es lo que se busca, se requiere una generación de contenido en el mismo que genere valor percibido por el visitante.
La Web permite evaluar si realmente nuestro contenido es de interés, si agrega valor al visitante. Una de las métricas que hemos visto de gran utilidad en este sentido, además del registro de usuarios, es la asignación de la página de un sitio en los favoritos o como página de inicio en los visores de los visitantes.
El contenido sigue siendo el rey en los esquemas de comunicación. Puede que el diseño, el uso de multimedia y mucho colorido que permiten las tecnologías como Flash hagan que un visitante que llegue a un portal se entretenga un rato. Sin embargo, si la esencia del contenido no agrega valor, téngalo por seguro que ese es un visitante que no vuelve.
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